Últimamente el ministerio de transportes en conjunto con la policía nacional está haciendo controles en las garitas de control del norte, centro y sur, con el objetivo de disminuir el riesgo de accidentes de tránsito que vemos todos los días en televisión, ante esto se ha abierto un debate: por un lado la policía, los medios de comunicación y la opinión pública que alegan que en muchas situaciones la culpa en los accidentes es compartida entre los transportistas (lógico) y los pasajeros que por viajar mas barato arriesgan sus vidas, sería muy sencillo decir que si no hubiesen pasajeros dispuestos a subir a combis, cousters repletas o buses informales o buses camión (demanda), pues no existirían. Por otro lado están los pasajeros (nosotros, los que no tenemos el privilegio de desplazarnos en nuestro propio carro) que por razones de tiempo, tenemos que viajar de una manera incomoda e indigna, en otros casos es peor, pues para otros destinos el transporte pasa cada media hora y lleno, y ya todos conocemos como es el “agradable” trato y todas esas anécdotas que nos ocurre.
Hace unos días iba a Lurín (a casi una hora al sur de lima) de noche, a casi 300 mts antes de llegar al peaje, la couster donde viaja paró delante de un bus interprovincial, y recogió dos pasajeros que habían bajado del bus, en ese instante supuse lo que estaba pasando. Una vez que pasamos el peaje, paramos nuevamente y los dos pasajeros se bajaron para ser subir de nuevo al bus, sucedió lo que estaba pensando, esos dos pasajeros estaban viajando parados en el bus interprovincial, por eso se trasladaron a la couster para burlar el control policial en el peaje. Como dicen por ahí: “Hecha la ley, hecha la trampa”, nunca dejamos de sorprendernos lo creativo e inteligente que es el peruano en ciertas cosas. Bueno, lamentablemente todos los días veo una decena de “esas cosas” que me hacen presente que sigo viviendo aquí.
Hace unos días iba a Lurín (a casi una hora al sur de lima) de noche, a casi 300 mts antes de llegar al peaje, la couster donde viaja paró delante de un bus interprovincial, y recogió dos pasajeros que habían bajado del bus, en ese instante supuse lo que estaba pasando. Una vez que pasamos el peaje, paramos nuevamente y los dos pasajeros se bajaron para ser subir de nuevo al bus, sucedió lo que estaba pensando, esos dos pasajeros estaban viajando parados en el bus interprovincial, por eso se trasladaron a la couster para burlar el control policial en el peaje. Como dicen por ahí: “Hecha la ley, hecha la trampa”, nunca dejamos de sorprendernos lo creativo e inteligente que es el peruano en ciertas cosas. Bueno, lamentablemente todos los días veo una decena de “esas cosas” que me hacen presente que sigo viviendo aquí.
3 comentarios:
La criollada en todas sus formas... Tienes razón, no hay forma de frenar la informalidad en una sociedad sin educación.
tons te invito a leer malditas combis :S
Lo que necesitamos es que hecha la trampa, hecha la ley, y rápido, y de maneras creativas. Creo que hay encubiertos que se meten a los buses a ver si hacen la trampa que mencionas. En fin, algo es algo... Y de acuerdo con la necesidad de educación (y la gente que no protesta dentro del bus debe comenzar a hacerlo).
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